¿Qué pasa?
Salir Entrar
Periódico universitario
«El secreto de la vida no es hacer lo que quieres, sino querer lo que haces»   (proverbio americano)

Menu del Sitio

Secciones de noticias
№ 14 [12]
27 de mayo de 2008
№ 13 [12]
16 de abril de 2008
№ 12 [10]
5 de marzo de 2008
№ 11 [9]
18 de diciembre de 2007
№ 10 [15]
27 de noviembre
№ 9 [16]
16 de octubre de 2007
№ 8 [10]
27 de septiembre de 2007

Para Entrar
Log-in (ID):
Contraseña:

Sitios Amigos

Catálogo de los artículos
Inicio » Artículos » Año lectivo 2007/08 » № 12

EL ESTUDIO DE IDIOMAS (entrevista de Miguel Mazaev)

¿Cómo piensa Usted que es posible aprender una lengua (o más) a perfección ? Yo por mí espero poder hacerlo. Pero cuando una persona empieza a estudiar una lengua extranjera quiere saber como la aprendió su profesor. Es muy interesante y puede ser útil... ¿No? De eso quería hacerle unas preguntas.

Bueno, la perfección creo que es un ideal, y como tal es inalcanzable. Pero lo bueno de un ideal está en que puedes aspirar a él y acercártele siempre más. Y la palabra perfección nos hace pensar en cierto tal perfeccionismo que creo que es una cosa muy buena para aprender lenguas y no sólo.  

¿Cuántas lenguas extranjeras ha estudiado Usted? ¿Y cuántas domina?

Mire, yo he empezado a aprender muchas y aún tengo la esperanza de poder continuar un día porque es muy bonito e interesante. Lo malo es que debas interrumpirlo por falta de tiempo y luego te das cuenta de que se pierde mucho, se olvida... En realidad, sólo puedo asegurar que sé tres lenguas neolatinas: el castellano, el portugués y el italiano, y eso no por estar satisfecho del nivel conseguido sino porque trabajo con ellas y “ya  es muy tarde para decir que no”. Puedo comunicar un poco en francés y en inglés (hace un mes lo hice también en alemán lo que me sorprendió muchísimo a mí mismo), un poco en polaco, leo – mejor con un diccionario – en latín y en griego antiguo (¿no pretenderá que los hable? J ) y – sin diccionario – en esperanto que en ciertos aspectos es una lengua muy graciosa, pero por otro lado también muy bonita y – se me perdone la banalidad – extremamente fácil. Otras muchas las empecé (y, repito, espero no haberlas dejado para siempre) pero nunca llegué a un nivel, diría, de nadar sin salvavidas.

Todo esto no quiero que sea una muestra de mi excepcionalidad, que no tengo ninguna, sino una sugerencia de que las lenguas como las personas no hay que tener miedo a abordarlas, a conocerlas y empezar una relación, por decírselo así. No tiene nada sobrehumano aprender, por ejemplo, el árabe, el sánscrito, el chino, lo he sentido en mi propia experiencia y si no he llegado a un buen nivel – por no dedicarme lo suficiente – también he sentido eso: que podía hacerlo.

¿Cómo piensa Vd. cuántas lenguas extranjeras puede dominar/conocer una persona?

Muy oportuna esa distinción en dominar y conocer. Hace tiempo que me ponía también esta pregunta y noté una cosa curiosa: hay poliglotas y poliglotas. Así, aún siendo pequeño, leí (con gran placer) el libro del filólogo Uspenski «Слово о словах». Él daba ejemplos de personajes que conocían del orden de cien lenguas y otros, que hablaban alrededor de diez. Eran cifras muy distintas y no había valores intermedios.

Entonces pensé: ¿no serán ésos unos conocimientos muy diferentes entre sí? Y cuando en una página del propio Uspenski encuentro: “Пятница по-английски фридей” me doy cuenta de que tengo razón. Es que a los lingüistas su trabajo les obliga a estar al corriente de las estructuras y los fenómenos que existen en muchas lenguas distintas, pero no significa que las dominen. Y otros en busca de récord los citan como ejemplos de plurilingüismo. Creo, pues, que saber de verdad, uno puede algo como eso, no mucho más de una decena. Es como amigos, puedes tener los ciento proverbiales, ahora con el vkontakte llegas a tener más, pero ¿serán amistades verdaderas? Cada amigo necesita atención, dedicación... Se acordará como dijo José Martí: cultivo una rosa blanca / en julio como en enero / para mi amigo sincero... Pues también las lenguas. Hay que cultivarlas.  

¿ Qué lenguas cultivó en la escuela y en la Universidad? ¿Y cómo las estudió?

Mire, yo empecé como la gran mayoría de nuestros compatriotas estudiando el inglés. Y se ha venido convirtiendo para mí en causa de una enorme frustración. Porque, como digo a veces, es una lengua que llevo estudiando veinticuatro años (¡!) y aún no sé ni leer J. Y esto, a pesar de haber merecido de mis colegas de la escuela el apodo de El Inglés. Bueno, no pretendo negarle su encanto al inglés, mas supongo que quizás no sea una lengua para todos, muy contrariamente a lo que quieren hacer de él. Cada lengua es una cultura y una mentalidad y para asimilarla debe ser por lo menos compatible con tu propia personalidad. Ya en la Universidad, con el español, se dio por fin esta feliz coincidencia.   

¿Cómo es posible no olvidar la lengua cuando estás de vacaciones?

La lengua no tiene vacaciones, trabaja cada día, la llevas siempre dentro, y aunque parezca una broma, no lo es tanto. Es tan raro como si dijeras: me voy de vacaciones y dejo de pensar (o de sentir, o de soñar). Bueno, y hay otro consejo: durante las vacaciones cambiar ambiente. Lingüístico. Por ejemplo, si vives en Moscú, vete a España. Bueno, bromas aparte, está claro que el peligro de olvidar lo aprendido nos preocupa. Y muchas veces sin razón. Porque la memoria humana es una máquina tremenda, sofisticada, y no funciona de modo tan simple. A veces te crees que olvidas lo que acabas de aprender hace un rato. Y a veces, años después, emerge todo tan clarito, como si lo estuvieras leyendo. En ocasiones no te da tiempo ni de ponerte a pensar: te sale solito, autónomamente.

Y otra idea (muy seria): para recordar las palabras sería bueno ser un poquitito lingüista. O sea no aprender porque es así sino comprender por qué es así. Entender, por ejemplo, de qué raíz proviene la palabra, con qué otras palabras está emparentada, cuáles son las correspondencias entre las lenguas que conoces. Mire, le daré un ejemplo: si pasa por una vía pública y ve personas desconocidas esto no le maravilla, es normal. Pero imagínese que llega a su casa y ahí en medio del salón está sentado un tío que Usted no tiene ni idea de quién es, y que se comporta como amo y señor. Es evidente que se preocuparía, se preguntaría: “Pero éste ¿quién es?” y trataría en seguida de averiguarlo. Pues esa sería lógico que fuera nuestra reacción también al encontrarnos con palabras o fenómenos desconocidos en nuestro idioma. No me refiero necesariamente al idioma materno, sino todo idioma que pretendemos conocer. Un buen conocimiento comienza cuando sientes cierta responsabilidad por el asunto en cuestión (en nuestro caso la lengua) y no te permites ignorarlo.

¿Cómo no confundir las palabras( la gramática, la pronunciación) de las lenguas extranjeras?

Hombre, en primer lugar, lo que ya he dicho, si eres un poco lingüista, la lengua para ti no es algo oscuro, comprendes qué es lo que puede haber en un idioma y que no. Y luego, a veces lo uno ayuda a lo otro, sí, sí, la pronunciación, por ejemplo, da el tono, marca la pauta. Si hablas con una buena pronunciación castellana, por ejemplo, no se te ocurre emplear una palabra inglesa o francesa porque no encaja, los órganos articulatorios están ‘afinados’ de otra manera, sonaría raro. Porque la lengua es un sistema.

Sus consejos para estudiantes que empiezan o continúan estudiando lenguas extranjeras.

Bueno, algunos ya los he dado. Otros, más concretos se los voy dando a medida que vamos aprendiendo. Lo más importante quizás sea no esperar que alguien les enseñe la lengua. Somos nosotros que la aprendemos.

Gracias.

A Usted. Y aprovecho para felicitarle, y también a las lectoras en vísperas del 8 de marzo.
Categoría: № 12 | Ha añadido: quepasa (09.03.2008) | Autor: Polina Gladkova
Visiones: 1333 | Ranking: 0.0/0
Total de comentarios: 0

Nombre *:
Email *:
Código *:
Copyright MyCorp © 2024