Cuando tus ojos como dos estrellas Brillantes me miraban y serenas ¿Sabías ya que iban a ser cadenas para prender mi voluntad con ellas?
¿Sabías que tu cuerpo es el veneno, que es una droga que crea adicción, que desde que te has ido siento ajeno, melancólico y triste el corazón?
¿Sabías ya con ese leve roce tocando mi alma alegre y descuidada, que yo iba a amanecer la madrugada como quien su destino desconoce?
¿Sabías tú ser esa sed que hastía mi ser y que no hay forma de apagar? ¿Sabías que ibas mi dulce armonía en dolorosa espera a transformar?
Decías tener miedo ante el futuro. Yo ahora ante el pasado estoy perplejo… Y en el presente, sueños que no dejo… Tú que te has ido, y yo que me torturo…
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