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Inicio » Artículos » Año lectivo 2010/2011 » №25

La cocina catalana
Cataluña tiene la variante gastronómica más acertada de todas las regiones de España, la llaman "una cocina de mares y montañas”. Y no es sin razón, ya que incluye la culinaria de los Pirineos con los platos nutritivos de carne, de la volatería y con una gran cantidad de setas crecidas en las zonas premontañosas, también mariscos de la Costa Brava y la cocina de Tarragona con un surtido abundante de legumbres y frutas.
La patria de Salvador Dalí, Antonio Gaudí y Montserrat Caballé regaló al mundo otra persona conocida – Rupert de Nola quien en 1520 escribió una edición gastronómica llamada "Libre de Sent Sovi”. Claro que desde aquellos tiempos remotos los gustos y las propensiones han cambiado. Pero existen recetas antiguas que siguen usándose hoy en día.
De tiempos inmemoriales el plato más simple pero excesivamente gustoso es pa amb tomàquet, un pedazo del pan frito, frotado con ajo y tomate maduro, salpicado con aceite de oliva y espolvoreado con sal. Este entremés lo sirven en todos los restaurantes y cafés, habitualmente traen el pan y el tomate, el ajo y aceite separadamente, para que cada persona pueda gozar de la preparación del pa amb tomàquet.
Como entradas en Cataluña se proponen bolitas de pescado fritas, rebozadas en pan seco, almejas, conchas, diferentes variedades de embuchados y de jamón. Muchos habrán oído hablar del jamón. Pero pocos saben por qué en cada bar o café grandes pedazos de jamón están colgados junto a la entrada en las cuerdas, fijadas al techo. El hecho es que en 1492 Isabel de Castilla y Fernando de Aragón pusieron como condición a los hebreos: abrazar el catolicismo o irse. Desde entonces en todos los lugares de la acumulación de personas suspendieron patas de jamón. Se hace de la carne de cerdo y allí donde está el cerdo los hebreos no tienen derecho a entrar.
En Cataluña también hacen un chorizo maravilloso. Está cubierto de un moho precioso que tiene un olor muy específico. Por eso frotan un chorizo con aceite de oliva. En cambio tiene un gusto inolvidable.
Además del pan con tomate, del jamón y del chorizo en la mesa catalana estarán varias salsas. El all-i-oli* tradicional consta de la mezcla de ajo picado y de aceite de oliva, el romesco consta de la mezcla de legumbres fritas, del aceite de oliva y del vino. Estas salsas se sirven a todos los platos: a la carne, al pescado, a las legumbres. Aunque Cataluña tiene legumbres en abundancia, a los catalanes les gusta sobre todo la cebolla. En honor de la cebolla los catalanes de la provincia Tarragona celebran una fiesta. Se organiza una competición en la comida de la cebolla. Y los vencedores a menudo comen varios kilos de cebolla (o calçots), acompañándolo con un vino blanco.
En general los catalanes tienen muchas costumbres ligadas con la comida. Así, a principios de otoño en la ciudad de Besalú se organiza la fiesta de la cosecha. En el río Fluvià los ciudadanos organizan concursos de pesca. Después los participantes nadan en el río dentro de peces y calabacines artificiales grandiosos.
Uno de los componentes principales de la cocina Catalana es el pescado y los productos del mar. En el pan con tomates es la costumbre poner sardinas. Los caracoles son también populares.
Es un hábito interesante entre los catalanes preparar la carne y el pescado en un plato. Por ejemplo, en Barcelona preparan la gallina con langostines y el conejo con caracoles y con atún.
En Cataluña como en todas partes es costumbre terminar la comida con el postre. Los pasteles de queso blando, los postres con bayas en el vino blanco y, claro, la crema catalana son los dulces catalanes muy populares.
España, en particular Cataluña tiene fama de ser patria de los platos más delicados. En la época medieval los cocineros de Cataluña tuvieron la prioridad en publicar recetas en una lengua romance. Hoy los golosos llaman Barcelona "La capital nueva de los gastrónomos”. Nueve restaurantes en esta ciudad han sido premiados con la estrella "Michelin”.
Categoría: №25 | Ha añadido: quepasa (07.11.2010) | Autor: Alejandra Primáchek
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