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№53 [10]
septiembre – octubre 2019

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ESTUDIAR EN RUSIA

¿Quién y por qué llega a Rusia de América Latina? ¿Qué piensan de Rusia y rusos? ¿Qué les sorprende aquí y qué les falta? Aquí tiene el lector entrevistas con los graduados de la Facultad Preparatoria del Instituto Pushkin.

Johan Diaz Moreno: «Como sociedad nos parecemos más de lo que se podría creer...»

KM: ¿Qué profesión tienes en tu país? ¿Dónde estudiabas y en qué trabajabas?

JD: Yo soy politólogo. Yo estudiaba en la Universidad Nacional de Colombia, es una universidad pública, puedo decir con confianza que es la mejor Universidad del país.

Antes de llegar a Rusia trabajé en el concejo de Bogotá, un órgano legislativo y de control político, parecido a la Duma en Moscú. Fui asesor de un concejal.

Después de trabajar en el concejo, trabajé en un proyecto de investigación de la Universidad Nacional, el cual era sobre logística y transporte. Hice el análisis de tres ciudades de Colombia (Buena­ventura, Barranquilla y Cali). Los temas que manejé fueron los factores geográficos y socio­económicos, con el fin de identificar el potencial de esas ciudades para habilitar el cargue, descargue y transporte de mer­cancías en horas no convencionales (horarios noc­tur­nos).

KM: Sí, me dijeron algunos estudiantes colombianos que la Universidad Nacional es la mejor en el país. ¿Por qué decidiste estudiar en Rusia?

JD: Porque sentí que era momento de conocer un mundo nuevo, una sociedad distinta. Los estudiantes en América típicamente quieren estudiar en Estados Unidos, Francia, Alemania, entre otros países occidentales. Yo quería algo más que lo típico. Siempre me interesó la historia de oriente.

Y más me interesaba la historia de Rusia, en la que han llegado a converger distintas culturas de oriente y occidente.

KM: ¿Habías estudiado ruso en Colombia antes de llegar a Rusia? Si es así, ¿por cuánto tiempo?

JD: Solo estudié 16 horas de ruso, con el propósito de conocer la lengua y prepararme. Dos horas dos veces a la semana. Así que completé esas 16 en un mes.

KM: ¿Qué mitos de Rusia hay en América Latina?

JD: En América Latina hay muchos mitos y miedos que vienen desde el siglo pasado. A las clases políticas y económicas tradicionales les pre­ocupa mucho perder el poder que han retenido durante décadas, por eso han creado "fantasmas del comunismo". Y muchas personas de la sociedad civil han creído ciegamente en estas historias, así que ven comunismo en todo lo que se diferencie a ellos.

Se cree mucho que acá en Rusia toda la gente es comunista y atea. Puede que algunos sí lo sean, otros que no, lo importante es entender que es necesario respetar y tolerar la variedad.

KM: Es sorprendente que hasta ahora el mito de una "Rusia roja" continúe. Y cuando llegaste a Rusia, ¿qué cosas te sorprendieron?

JD: Hablaré particularmente de Moscú, que es donde he estado mayormente. Me sorprendió el buen sistema de transporte, y la seguridad en la ciudad. Ya es un componente cultural, sabes que estás en Moscú, sabes que puedes coger el metro y llegar a casi cualquier punto de la ciudad. Es muy organizado y fácil de usar. Y sabes que si estás en Moscú, puedes caminar rela­tivamente tranquilo, que nadie te va a robar. Justamente son cosas que impresionan porque esos son los mayores problemas de América Latina, por lo menos de mi ciudad natal, Bogotá, en algunos sectores puede ser peligrosa, te pueden robar, y el transporte no es suficiente para cubrir la demanda de toda la ciudadanía.

La gente también sorprende. Son muy diversos. Algunos rusos son muy discretos, hablan poco y parece que hablaran con disgusto. Otros son más abiertos y amables, son muy buenos amigos, leales, pero para conocerlos bien toma tiempo, hay que dejar que te conozcan muy bien primero antes de ser totalmente abiertos.

KM: Sí, sobre rusos es verdad. Justamente quiero preguntar, ¿tienes la posibilidad de comu­nicarte en ruso, sin contar la Universidad?

JD: Sí. Estudié ruso diez meses en el instituto Pushkin, en Moscú. Cada día estudiaba de 9 am a 2:30 pm. Y luego por mi cuenta estudiaba alrededor de 6 horas al día. Normalmente me iba a dormir a la 1 am. Así que me preparé como mejor pude. Ahora puedo comu­nicarme con los rusos, claro que no perfecto, pero lo necesario.

KM: Pues, no hablo de la posibilidad hablar ruso en general, sino sobreentiendo un círculo de conocidos. ¿Con quién te comunicas aquí?

JD: Depende del espacio. En la universidad con mis compañeros de clase, con los profesores. Comparto con los amigos en mi tiempo libre. Algunos son rusos, otros son de Kazajistán, Tayikistán, los cuales también hablan ruso muy bien... Por lo menos mejor que yo jaja...

Y en las diferentes oficinas esta­tales, por ejemplo para solicitar mi tarjeta social; en tiendas, para comprar algún producto o comida; o en centros médicos, para pedir certificados.

KM: Ahora, después del Instituto Pushkin, ¿cuáles son tus planes o proyectos?

JD: Quiero terminar mi maestría en Moscú, si surge la posibilidad de trabajar acá sería genial para ganar experiencia laboral, que es lo que más se necesita para trabajar en Colombia. En Colombia uno ter­mina la universidad, y le solicitan mínimo tres años de experiencia, uno se pregunta: ¿A qué hora consigo esa experiencia laboral, si recién terminé la universidad?

Acá soy un poco más útil por saber hablar español, hay trabajo para nosotros. En Colombia solo soy un colombiano más.

Así que, si consigo un buen trabajo relacionado con la ciencia política, me quedaría por dos o tres años. Claro está que eso no depende de mí.

Si no lo consigo, volveré a Colombia, que es donde en realidad quiero estar siempre. Me gusta viajar, y así lo haré en vacaciones, lo que es normal, pero el lugar donde quiero vivir y trabajar es en Colombia, allá es donde me quiero sentir útil para una sociedad que necesita buenos profesionales y sobre todo buenos seres humanos.

KM: ¿En general, por qué empezaste estudiar ciencias políticas? ¿Era tu elección propia o, puede ser, una casualidad?

JD: Siempre me ha interesado la política. Creo que la política es el escenario ideal para disputar el poder. Es una forma de buscar el cambio a través del diálogo, la guerra y la violencia ya deben quedar atrás. Colombia ya se ha desangrado bastante por culpa de la violencia, y los que se benefician de la guerra están en el congreso, en los órganos del Estado. A ellos hay que disputarles el poder.

Un Estado puede funcionar bien si es manejado de forma demo­crática, en la que converjan todos los puntos de vista, todas las fuerzas políticas. Y darle la posibilidad a la ciudadanía de que haga control político, que vigile qué hacen los funcionarios del Estado con el dinero.

KM: Y ¿sigues lo que pasa en la política en Rusia? Personas, acciones, fuerzas...

JD: Varias cosas he seguido. En términos generales he leído las noticias sobre las sanciones económicas de Estados Unidos hacia Rusia. Las decisiones que han hecho más tensas las relaciones de Rusia con Georgia. Algunos hechos relevantes tras la elección presi­dencial en Ucrania. También tengo presente la relación de Rusia y Venezuela, el apoyo que le han brindado junto con China.

Y en el plano interno es más difícil decirlo, las noticias no son muy claras, o por lo menos no tienen tanta difusión. Entonces, por ejemplo, hace unas semanas en Moscú arrestaron a un joven actor, y me enteré por redes sociales, no por noticias, hicieron videos del momento y se notó el uso excesivo de fuerza por parte de la fuerza pública. La verdad no conozco mucho el caso, no recuerdo tampoco su nombre. O por ejemplo también, recuerdo que hace meses arrestaron a un periodista, quien fue señalado de tráfico de drogas. Este caso del periodista sí llegó a las noticias, lamento no recordar su nombre ahora. Pero creo que estos hechos son muy relevantes, y no han recibido el trato que se merecen de parte de la prensa.

KM: Sí, es verdad. El periodista en cuestión es Iván Golunov, y el  joven actor se llama Pavel Ustínov. Yo no había oído de él antes de escuchar las noticias. La prensa y sobre todo la televisión suele ser dependiente o propagandista. Para poner en claro que pasa es mejor leer o escuchar fuentes diferentes. La tele es conocida como un instrumento de propaganda estatal, y la radio seguramente es más interesante.

¿Qué te parece, hay aspectos parecidos en la estructura de gobierno en Rusia y en Colombia? ¿O en la manera de interpretar noticias en la prensa?

JD: Es increíble pero sí los hay, incluso como sociedad nos parecemos más de lo que se podría creer. En cuanto al gobierno hay una lejanía en términos de posición política. Rusia es una verdadera potencia política en el mundo, muy independiente. Colombia siempre ha tenido un gobierno alineado a Estados Unidos.

La diferencia quizá pueda ser la variedad de movimientos políticos, en Colombia el debate es fuerte, se identifican los partidos, los líderes. Aunque no siempre ha habido gobiernos de derecha, siempre ha habido una fuerte oposición polí­tica. En Rusia no he podido iden­tificar esa oposición política que es importante.

En términos estructurales somos muy diferentes, Colombia es un país pequeño, con un poder de estado centralizado. Rusia es grande, con un estado federal.

En cuanto a la prensa, nos pasa lo mismo. El ciudadano del común no indaga mucho en los hechos relevantes del día a día, cree todo lo que dicen en los medios de comunicación, el problema es que no dudan, no critican, y no se enteran de lo que no dicen en la televisión. No tenemos una sociedad con una cultura política crítica, seguimos siendo muy básicos e individualistas.

KM: De hecho, semejantes son muchos. Temo que el federalismo ruso no sea verdadero. Tenemos un estado muy centralizado también. Tienes razón hablando de las personas individualistas, creo que es un problema aquí también. Institutos de la sociedad civil formalmente existen, pero no pueden cumplir la función para la que sirven. Y la última pregunta hoy. ¿Qué cosas de América Latina que te faltan aquí en Rusia?

JD: Me falta el trato amable y cercano de los latinoamericanos. Es ir a la tienda, y que esa persona que atiende, siempre sonríe. Es compartir también cosas de la cultura que solo entendemos nosotros, como la música y el baile. Definitivamente esos componentes culturales de nuestra sociedad son los que me hacen falta acá.

KM: ¡Muchas gracias!

JD: Con mucho gusto, gracias a ustedes por interesarse en lo que puedo contarles sobre el lugar del que provengo.

Reyza Toro: «Me gustaría generar una experticia en las relaciones entre Latinoamérica y Rusia»

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KM: ¿Qué profesión tienes en tu país? ¿Dónde estudiabas y en qué esfera trabajabas?

RT: En Bolivia, yo estudié licenciatura en Derecho; soy abo­gada titulada de la Universidad Católica Boliviana San Pablo. A su vez, tengo dos posgrados; un Diplomado en Educación Superior, y una Maestría en Diplomacia y Relaciones Internacionales en la Academia Diplomática Pluri­na­cional de Bolivia; en este último, estuve becada dos años. Trabajaba en la esfera de las Relaciones Internacionales. En la Dirección de Asuntos Consulares de la Cancillería de Bolivia.

KM: ¿Por qué decidiste estudiar en Rusia?

RT: Por muchas razones. Yo pienso que Rusia es un país que brinda grandes oportunidades académicas mediante sus becas. Siempre quise ser parte de la experiencia de aprender un idioma diferente, estudiar y relacionarme con per­sonas que vienen de diferentes partes del mundo. Este país es el mejor lugar para desarrollar esos aspectos.

KM: ¿Habías estudiado ruso en tu país antes de llegar a Rusia? Si es así, ¿por cuánto tiempo?

RT: No, no estudiaba ruso antes de llegar a Rusia. Sin embargo, prac­tiqué un poco las frases mas bási­cas con mi padre; ya que él estudió en Moscú en sus épocas univer­sitarias.

KM: Al llegar a Rusia, ¿qué cosas te sorprendieron?

RT: Cuando llegué a Moscú, me sorprendió el clima, el metro, la arquitectura, y la esencia histórica que está impregnada en sus calles, plazas y museos.

KM: Después de estudiar el idioma ruso diez meses, en el Instituto Pushkin, ¿cuáles son tus planes o proyectos?

RT: Actualmente, estoy estudiando en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, y he decidido estudiar mi segunda licenciatura. Relaciones Inter­nacio­nales. A futuro, me gustaría gene­rar una experticia en las Relaciones internacionales entre Latino­américa y Rusia, consi­de­rando que este país es un gran protagonista en el escenario inter­nacional. Mis proyectos son: trabajar en inves­tigación, en la di­plomacia, o en alguna orga­nización inter­nacional.

KM: ¿Tienes la posibilidad de comunicarte en ruso con amigos rusohablantes?

RT: Sí. En la Universidad, hay mayores posibilidades de interactuar con rusohablantes.

KM: ¿Qué hay en América Latina que te falta aquí en Rusia?

RT: Básicamente, mi familia y seres queridos. La amabilidad y alegría de las personas de mi país, y la comida o el sazón latino.

(continúa en el próximo número)

Categoría: №53 | Ha añadido: quepasa (03.11.2019) | Autor: Konstantín Mórev
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