Algún día, cuando estemos escuchando las noticias contadas por un robot desde nuestros teléfonos inteligentes, se escribirá una gran novela sobre el periodismo de hace muchos años. Con unos personajes, los periodistas, que cada día escribían sus propios artículos, buscaban historias y luchaban por la verdad (por lo menos algunos).

Oda a los naranjos

Tal vez algún día, pero ahora estoy sentada entre naranjos en el jardín universitario de Alicante, hojeando el nuevo número de “El País” y disfrutando del buen tiempo. Cada año, el jardín abre sus puertas en UA con un estallido de colores. ¿Y cómo no puede venir una musa?

Hoy, la gente no tiene paciencia para leer el periódico, tampoco para leerlo en digital y mucho menos para trabar conversaciones y relaciones. Lo quiere todo y lo quiere ya.

Puedo decir, que soy una partidaria de nuevas tecnologías, pero lo digital en general ha invadido nuestras vidas de manera tan rápida y profunda que nosotros mismos no somos plenamente conscientes de lo que pasa. Sinceramente creemos que las nuevas tecnologías nos facilitan la vida pero en realidad sucede lo contrario. Con todos estos WhatsApp, Messenger y muchos más, no terminas de trabajar. Siempre tienes a quien responder. Y esto no nos da el tiempo para nada más que estar mirando la pantalla.

Una de las mejores cosas que podíamos hacer en la Universidad de Alicante, donde estábamos con mis compañeros del departamento de periodismo de la MGIMO, fue la oportunidad de pasar horas juntos paseando por el jardín, recogiendo naranjas, observando la naturaleza, casi no usando nuestros teléfonos.

Tú eres interesante para mí

Es un poco curioso pero la profesión de la gente que más vive es la de escritor (o periodista). No hacen mucho ejercicio, pero tienen una actividad intelectual muy intensa. Ya que cuando apagas la cabeza, se apaga todo. Es importante hacerlo todo con gran pasión. Otra cosa magnífica que embellece la vida es el amor; amor a una profesión, a un país, a una persona o a la vida. Es lo que nos mueve a hacer cosas. Además, una persona que cumple todas estas características siempre es interesante para los demás.

Rafa Burgos, el periodista de “El País” que por su parte las cumple, nos dio una clase magistral y nos dijo: “El trabajo de periodista, especialmente en los periódicos, es como el labor se Sísifo. Cada día tú escribes, y mañana tendrás que hacer todo esto de nuevo, y no importa qué fue ayer. Pero cuando puedes cambiar algo o ayudar a alguien a través de lo que haces, tú te das cuenta que todo esto vale la pena. Especialmente cuando haces todo con amor. Una vez nos llamó una niña y nos dijo: “En nuestro pueblo no hay profesora de matemáticas en la escuela hace casi un año, necesitamos una”. Yo pensé – y qué nosotros podemos hacer, esta pregunta es más para los funcionarios? Sin embargo, decidimos escribir un artículo sobre este problema y preguntar si había alguien que podría ayudar. Y en un mes teníamos tantos mensajes y llamadas sobre nuestro artículo que un mes más tarde ya había una profesora en la escuela. Después nos llamó esa niña para decir gracias.”

El periodista es siempre responsable por mucho más que sus artículos o reportajes porque pueden afectar muchos aspectos de la vida de otras personas. Dice el Che que nuestra vista nunca fue suficientemente pano­rámica, y no siempre estuvimos equitativamente infor­mados. Pero con la aparición de un término como los fake news, todo se vuelve aún más complicado. Y el único antídoto es tener varias fuentes de la información.

La Universidad de Alicante

Durante años “El País” publica su “Libro de estilo”. Este manual nos cuenta no solo de los principios y normas éticas de los periodistas, sino también de que la presencia del periodista debe ser mínima en una noticia pero al mismo tiempo va aumentando en una crónica, un reportaje, un análisis, una crítica… hasta llegar a ser un artículo de opinión. Esta edición puede ser útil no solo para unos aspirantes de periodismo, sino igual para los que llevan muchos años escribiendo y “se han olvidado” algunos de los principios.

Libros de estilo de El País de varios años

Quién gana, quién pierde

Teníamos una excursión con el grupo de la Universidad a los refugios alicantinos de los tiempos de la Guerra Civil Española. Alicante siempre fue una de las más importantes ciudades españolas en los tiempos de la Guerra y el último bastión del franquismo. Imaginaos: un ferrocarril directo a Madrid, el puerto marítimo y buen tiempo todo el año, ¿que podría ser mejor para las fuerzas franquistas?

Entrada del refugio antiaéreo en Alicante

Uno de los refugios (de los casi 100) es el antiaéreo de la plaza de Balmis. La forma de las puertas es como la de los submarinos, hechas para evitar la contaminación por bombas químicas con gases tóxicos. Allí había algunos pequeños cuartos. También había viejos juguetes y zapatillas de niños como parte de la exposición. Y en un instante empiezas a pensar en qué rápido la gente puede olvidar todo el horror sucedido hace años y vuelve a cometer los mismos errores de nuevo. En realidad un hombre en unos días “puede pensar en muchas cosas que van de la más elevada especulación filosófica al rastrero anhelo de un plato de sopa”.

Solemos decir, que los humanos somos más inteligentes que los animales. Pero, a veces, hay algunas dudas. Es cierto que otras especies se pelean entre sí cuando, por ejemplo, les falta la comida. Por lo menos ellos tienen razones por las que pelear. Y los humanos somos tan ignorantes – provocamos enfrentamientos por la “independencia”, declaramos que somos una “raza superior”, ignorando el hecho que somos de la misma raza, luchamos por la veracidad de la prensa, imponiendo la “censura”. Y si la humanidad progresa, esto ocurrirá solo porque hay unos que arreglan diferentes problemas y no los inventan.

Fotos de los sitios: Vivir Alicante, El País, Spain Dream