Caucásicos reales. Sofía Zhuikova y sus amigos. Hemos vuelto del viaje por el Cáucaso donde hemos probado hichiny en un auténtico aúl caucásico, hemos subido a las montañas, hemos tropezado con nuestro compañero de la universidad en Piatigorsk, hemos bebido narzán en Kislovodsk, incluso hemos quedado internados en un hospital ahí (pero el narzán no tenía la culpa). También hemos pasado dos días en la playa del Mar Negro en tiendas de campo, nadando en el mar, comiendo patatas al horno, bailando en discotecas y bebiendo vino. Nos movíamos en el coche del padre de nuestra amiga, en cuya casa en Stávropol vivimos dos semanas, pasando las noches cinco personas en una habitación.
Nos han sorprendido las vacos pasando libremente por las carreteras, los paisajes tales que se nos cortaba la respiración y los descuentos que siempre te hacen si hablas en idioma karachay. De recuerdo, camisetas idénticas con el dibujo del pico Dombái compradas en su cumbre, un imán con una foto nuestra en el teleférico y muchos videos graciosos. El viaje resultó intensísimo y muy divertido. Estamos de acuerdo en que no podíamos haberlo pasado mejor.
Un verano conmovedor. Sonia Aguéieva y sus pupilos. Esta ha sido mi primera vez trabajando con niños como monitora de pioneros, un trabajo duro y agotador, pero – no cabe duda – merece la pena. A la ida me daba reparo pensar cómo sobreviviría allí, pero ahora me he dado cuenta de que allí realmente tenía una vida, llena no de dificultades, sino de alegrías. Me despertaba y me levantaba diariamente a las seis. Primero una ducha, segundo un café y luego todo lo demás. A entrar en todas las habitaciones y acercarme a las camas de cada niño no había manera justo de decir «¡Buenos días! Levántate», porque los niños soñolientos se veían demasiado lindos por la mañana. Por lo menos convenía abrazar o acariciarles la cabeza, abrir las cortinas diciendo que será un día maravilloso. Lo más agotador era el correteo y los gritos de niños escandalosos, unas cosas rotas, unas paredes pintadas, unos jugos derramados, pero al mismo tiempo esto era lo más conmovedor. De vez en cuando echo de menos recordando todas las sonrisas, las camas sin hacer y los dientes sin cepillar, las risas y las palabras de los niños "¡Eres la mejor monitora de pioneros!". El próximo verano volveré allí, pase lo que pase.
Las vacaciones en el terreno. Olga Nikonenko y sus colegas. He pasado mi verano en las excavaciones arqueológicas en Veliki Nóvgorod. Íbamos allí en un tren bastante confortable, pero despiertos toda la
noche por el ruido. Nos hemos acomodado en una residencia estudiantil suficientemente acogedora y limpia. Por desgracia, no ha habido cocinero en la base así que nos hemos visto obligados a preparar la comida nosotros mismos. Sin embargo, la mayoría de los estudiantes no sabe cocinar y han tenido que comer los productos semiacabados.
Hemos desenterrado unos hornos antiguos y hemos encontrado tres cartas de corteza de abedul. Sorprendentemente, siempre ha hecho viento y ha llovido mucho, pero, a pesar de ello, me ha gustado mucho la ciudad y por lo tanto he decidido especializarme en la historia de Nóvgorod. De recuerdo, muchas campanillas, botellas de aguamiel, productos de madera y, por supuesto, un montón de fotos.
Lengua, playa y cucarachas. Anisia Sázhina. Este verano he estado en Valencia. He estudiado en la escuela de idiomas allí, en mi caso el español. Cuando he regresado a Moscú, he enviado postales a mis maestros, y desde Valencia enviaba postales a amigos en Rusia regularmente. Casi todos los días he ido a la playa, he nadado y me he bañado en el mar. Lo peor han sido las cucarachas mediterráneas. He vivido en un apartamento y a veces he visto estos insectos. Pero por lo demás, ha sido un mes maravilloso en España, puedo decir, que he mejorado el español. Me gustaría volver ahí.
Italia para ganar y perder. Mía Kárdash y su padre. Mi padre y yo hemos pasado una semana en Italia. Hemos ido a Venecia, Roma, Pisa, Florencia, Nápoles. Nos ha dado tiempo de visitar curiosidades diferentes, por ejemplo, la Plaza de San Marcos, el Panteón, la Тorre Inclinada de Pisa, la Galería de los Uffizi. De recuerdo, quesos diferentes, aceite de oliva, los famosos macarrones italianos, postales con paisajes italianos. Nuestro guía contaba mucho sobre el arte de Italia, mencionando los creadores como Dante, Rafael, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Maquiavelo etcétera. Todo estaba bien, pero al final de nuestro viaje mi padre ha sido robado. Su bolsa junto con su pasaporte ha desaparecido en el tren para Venecia. Al día siguiente debíamos volver a Moscú. Los trabajadores del aeropuerto italiano se han apiadado de mi papá y le han dejado volver a Moscú. Mi padre y yo, contentos y emocionados hemos regresado a casa.
Los problemas agradables. Máximo Murgulets. He decidido pasar este verano en el Moscú. ¿Por qué? En primer lugar, no ha habido manera de irse a descansar a ningún país porque mis finanzas no daban
para tanto. En segundo lugar, había hecho planes para trabajar y así ganar un poco. Pero el tiempo ha hecho demasiado bueno para perderlo en el trabajo. Todos los días nos bañábamos (yo y mis amigos) en el río, salíamos de copas y simplemente nos relajábamos en la playa y en la naturaleza. Por supuesto, hemos tenido algunos “problemas” especialmente con el coche de mi amigo Iván. Creamos hasta un videoblog dedicado a la restauración del coche. Reparamos el auto por cerca de dos semanas pero el resultado nos ha agradado. Ahora todo funciona bien y el coche prácticamente no tiene problemas. Como podéis adivinar no he trabajado en absoluto este verano pero este es el caso cuando es bueno no haber realizado los planes. No solo he descansado, sino también he aprendido muchas cosas nuevas sobre los automóviles. Y los bares, por supuesto, porque se ha tenido que celebrar nuestro éxito. No sabía que podemos divertirnos tanto…
* Hace años la Revista de El Mundo publicaba una serie de reportajes titulada “Historias del calor” y dedicada a contar cómo pasan los españoles el verano (http://www.elmundo.es/larevista/num98/textos/re.html). El ¿Qué pasa? en 2014 y en 2017 decidió seguir su ejemplo. Hoy les ofrecemos a los lectores la tercera edición de “La Vuelta” a la rusa.
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