¿Qué pasa?
Salir Entrar
Periódico universitario
«El secreto de la vida no es hacer lo que quieres, sino querer lo que haces»   (proverbio americano)

Menu del Sitio

Secciones de noticias
№ 24 [16]
№ 23 [15]
febrero-marzo de 2010
№ 22 [20]
№ 21 [21]

Para Entrar
Log-in (ID):
Contraseña:

Sitios Amigos

Catálogo de los artículos
Inicio » Artículos » Año lectivo 2009/2010 » № 22

Tenemos que encontrarnos... de vez en cuando
Como concluyendo cierto ciclo de vida vuelvo ahora a meditar sobre el tema de relaciones intergeneracionales (véase "QP” n.2). Y estoy pensando más concretamente en lo importante que es tener compañeros.
Cuando uno va al colegio, o cuando es estudiante universitario, se halla metido entre sus semejantes, un grupo que por fuerza tiene más o menos sus mismas ocupaciones y preocupaciones. Con cada paso de la vida, sin embargo, uno se hace más independiente... y más solo. Ya no tienes una pandilla de colegas o si se quiere una barra como antes. Tienes colegas de trabajo, conocidos, eso sí, pero de edad y condición diferente; haces amistades (con un poco de suerte) que eliges tú, que te querrán bien, pero...
Pero muchas veces sientes una enorme soledad. Estas personas comparten – y comprenden – sólo una pequeña parte de tu vida, por haber tenido un pasado diferente del tuyo o por tener otro presente que tú. Y es entonces que eres más susceptible cuando te invitan a reuniones de ex-alumnos, encuentros de condiscípulos y cosas por el estilo.
Con algunos hasta no te llevaste bien en la época, pero da igual, hoy ves las caras familiares, y es lo que vale; con otros ocurren verdaderos redescubrimientos y hasta con tenor sentimental. En fin que algo hay en eso, no a caso los colegas se animan y vienen.
De los míos, por cierto, han venido sólo los que viven allá (yo era el único que venía de otra ciudad) y aún así no éramos muy numerosos. Seguro, que también importa cómo te encuentres acomodado en la vida para – si vienes – no quedar mal delante de otros. También están ahí las ocupaciones; también hay quien no soporta a otro o simplemente no se contagia por ese sentimiento nostálgico: "nunca me sentí bien ni tuve mucho en común con esa gente”.
Pero de todos modos nos hemos encontrado, lo hemos pasado fenomenal, hemos constatado que aún no somos muy viejos... y que habría que encontrarnos otra vez. Bueno, sí, quizá... Dentro de otros 18 años.
Es todo por ahora, queridos lectores. ¿Que en qué consiste la moraleja? ¡Pues que sepamos valorar a nuestros compañeros, mientras los tenemos!
Categoría: № 22 | Ha añadido: quepasa (28.01.2010) | Autor: Miguel Mazáev
Visiones: 803 | Ranking: 5.0/1
Total de comentarios: 0

Nombre *:
Email *:
Código *:
Copyright MyCorp © 2024