Para saberlo decidí hacer esta pregunta a mis amigos y amigas que bailan salsa o, por lo menos, habían ido a discotecas de este baile internacional. Mis primeros encuestados exclamaban unánimemente que la salsa era un baile internacional, que no valía la pena pensar en este problema inventado. En su opinión un baile ardiente y hermoso es así en todos los países. Junta a la gente y borra las fronteras geográficas. Algunos representantes del grupo de respuestas "sin diferencia” no podían comparar precisamente el baile salsa en Rusia y en España. Hablaban solo sobre sus sensaciones diferentes de bailes con las mujeres de los dos países. Pero si todo es tan parecido en nuestros países, ¿tenemos una razón para decir que hay algunos puntos de comparación? Algunos me mostraron que la diferencia entre salsa rusa y la española era muy grande. Primero, los que bailan salsa en los dos países indicados se diferencian. En Rusia la mayoría de los salseros son rusos o latinoamericanos. En España ahora la salsa no es tan popular, más frecuentemente verás a un latinoamericano bailándola. Pero los españoles que la bailan nunca van a las discotecas "mezcladas”: hay discos para los latinoamericanos y los nativos y a ambos grupos no les gusta bailar juntos. Segundo, los salseros (los chicos que bailan salsa) en España son más pasionales, más naturales y sinceros. En Rusia hay muchos chicos que después de entender que pueden bailar un poquito bien, de una vez se hacen muy afectados, te tratan menos cariñosamente. Al contrario, bailan como robots usando los movimientos aprendidos. Por ejemplo, una vez un salsero se acercó a una salsera y la preguntó cuántos movimientos y figures ella conocía. Para los españoles esta pregunta es inimaginable: el baile es algo íntegro, es un proceso, que no podemos dividir en partes. Puede ser que la situación sea así porque los españoles llevan la salsa en la sangre desde la cuna. Así pues, los rusos tienen que asistir a clases de salsa durante mucho tiempo, practicarla fuera de las clases. Por extraño que sea, es muy difícil para los rusos empezar a salir a las discotecas. Tienen que vencer la timidez, la vergüenza para empezar a asistir a la escuela de salsa, y para ir a las discotecas. Los españoles no piensan: ir a bailar o no. ¡La sangre y la pasión interna los lleva a las discos! Ahora bien, el chico ruso ha venido a la disco. Pero se queda en un rincón de la sala: su timidez todavía está con él. No te mira a los ojos cuando baila. Todavía se siente embarazado. No te mira a los ojos además porque piensa en la calidad de sus movimientos, cómo se ven. Ya no tiene vergüenza, sino que se siente un profesional, prácticamente un deportista. Es que el baile no es sólo la suma de los elementos, tampoco un deporte. Por el contrario, es psicología, a veces no entendida por el bailador. La receta de una salsera rusa: no tomar el comportamiento de los bailadores rusos muy en serio, sino percibir la situación como un juego. Así podréis tener gran placer en bailar salsa con cualquier tipo de pareja, en Rusia o en España!
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