El 11 de
septiembre de 2012
...Como
he mencionado ya, otra reivindicación de los catalanes, e incluso del actual
Gobierno de la Generalitat, es la demanda del "pacte fiscal” que permita a
Cataluña recibir un sistema de financiamiento más favorable. El motivo de queja
principal de los catalanes es que Cataluña entrega más dinero a los Fondos del
Estado español (que permite apoyar económicamente a otras comunidades autónomas
menos dinámicas en este sentido) del que España le devuelve. (Es decir, que
desde esta posición se considera que la diferencia entre los ingresos de la
Administración Central en Cataluña y las inversiones y gasto del Estado en
territorio catalán es demasiado grande, puesto que llega a comprometer el
desarrollo económico y el bienestar de los catalanes). Y debido a que desde
inicios del siglo XXI la economía de Cataluña cuenta con déficit, las demandas
catalanas vienen más a menudo que antes.
Pero el
problema del pacto fiscal al final se quedó sin resolver. Como en España hoy
gobierna el Partido Popular (conservador y nacionalista español) y en Cataluña
gobierna CiU (conservador y nacionalista catalán) no parece posible llegar a un
acuerdo fiscal en favor de Cataluña y, lo más importante, no parece muy posible
(sobre todo en las condiciones actuales de crisis) la viabilidad de una ruptura
(por lo menos económica) de Cataluña con España. Así lo afirma claramente el
Gobierno Central y hasta así lo advirtió Artur Mas, el presidente de la
Generalitat de Cataluña, líder de la federación de CiU, en la rueda de prensa
que dio después de la entrevista con Mariano Rajoy, el presidente del gobierno
español: "Tomemos la decisiones que
tomemos en los próximos días, semanas o meses, creo que no hay que plantearlo
en términos de ruptura, porque ruptura es como si hubiera un aislamiento total.
Nosotros no nos hemos vuelto locos. Que queramos ser catalanes ahora y también
en el futuro no quiere decir que nos hayamos vuelto locos y por tanto nuestro
marco natural es la Unión Europea y nuestro marco natural es el Euro y queremos
seguir estando ahí”. De esta forma, el presidente catalán nos prometió que
habría decisiones en el futuro.
Ya a
finales de septiembre, Artur Mas declaró que convocaría elecciones anticipadas
en el Parlamento de Cataluña para el próximo 25 de noviembre, tras las cuales
quisiera impulsar un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña. Y esta
noticia no ha pasado desapercibida ni en las Cortes Generales, ni en la prensa
española y mundial.
Como nos
afirma el Economista: " El pleno del
Congreso debatirá el próximo martes sobre la capacidad de Cataluña para
convocar un referéndum de autodeterminación, como pretende el presidente de la
Generalitat, Artur Mas, si tras las elecciones del 25 de noviembre existe una
mayoría soberanista.”
Mariano
Rajoy (izquierda) y Artur Mas en La Moncloa
EPÍLOGO
Este
artículo fue escrito en septiembre, y entonces no sabíamos nada del resultado,
precisamente tanto del resultado de las elecciones (esto más o menos lo pudimos
imaginar y adivinar), como del resultado de aquel afán independentista que se
expresó entre la gente en la calle y los políticos catalanes en septiembre y
durante toda campaña electoral antes de las comisiones catalanes.
Ahora
sí, ya sabemos el resultado. Las elecciones finalizaron la noche del 25 de
noviembre y por la mañana del 26 ya nos enteramos de todo. Como dicen los
autores de un programa catalán de humor que se llama "Polònia”: "Antes era Artur Mas, ahora es Artur Menos”.
Artur Mas durante las elecciones
De
hecho, el partido de Artur Mas, presidente de la Generalidad de Cataluña,
obtuvo 50 escaños y perdió 12 en comparación con las últimas elecciones del año
2010, cuando había logrado 62 escaños. Esta pérdida de votos es el segundo
resultado más bajo del partido de Artur Mas después de los resultados del año
1980, cuando CiU obtuvo sólo 43 escaños en Parlamento catalán. Pero cabe
advertir que las de 1980 fueron las primeras elecciones en Cataluña después de
la muerte de Francisco Franco, y que aún así el presidente de aquel entonces,
Jordi Pujol por fin consiguió formar gobierno gracias al apoyo de ERC (Esquerra
Republicana de Catalunya).
Esta vez
los medios de comunicación de ámbito estatal advierten a toda raja que "el órdago del CiU ha fracasado”, "El plan de Mas se hunde a las urnas”
("El País”, 26/11/12), "Cataluña rechaza
la independencia” (ABC, 26/11/12) y etc. Pero desde Cataluña, el mismo Mas
nos dice que ahora podrá pasar lo mismo que en el año 1980: "Quienes piensen que el proceso queda
abortado tiene que saber leer. La suma de los partidos que están por el derecho
a decidir es mayoritaria” (Véase ABC26/11/12). Artur Mas aquí se refiere a
que la segunda posición la obtuvo el partido independentista ERC (21 escaños,
uno de sus mejores resultados en los últimos años después que en 2010 lograra
sólo 10 escaños) y también a la entrada en el Parlamento catalán de la CUP
(Candidatura d’Unitat Popular), partido independentista y anticapitalista, que
antes sólo se había presentado en las elecciones a los Ayuntamientos catalanes.
Así, en total los partidos de la franja nacionalista-independentista (CiU,
ERC-Cat Sí, CUP) lograron 74 escaños que supera la cantidad que sea necesaria
para alcanzar la mayoría absoluta (68 escaños). Asimismo, la franja no
nacionalista catalana (o pro-española) consiguió esta vez 61 escaños. Por eso
las esperanzas de Mas para convocar una consulta, por lo menos según dice,
siguen vivas.
Pero,
como ha dicho el periodista del "ABC”: "Manifestaciones
no son votos”. El fragor independentista del 11-S no fue apoyado por la
mayoría absoluta. Por eso y por muchas otras cosas la independencia y la
positiva repuesta en cualquier consulta de autodeterminación ahora se ven poco
probables. Entonces, la Generalitat de Artur Mas debe pasar del mito a la
realidad, efectuando los ajustes y recortes para que este año no aumente la
cifra del déficit de Cataluña.
En el Camp Nou El
clamor de la gente
Laia Vicens (Barcelona) :
Desde que era pequeñita, el día 11 de septiembre, "la Diada”, era una dia
de fiesta y celebración. En casa siempre poníamos la bandera en el balcón,
hacíamos una buena comida con unos amigos de la familia y por la mañana o por
la tarde salíamos a pasear y a participar de los diversos actos conmemorativos
de la ciudad: las ofrendas florales y parlamentos delante del monumento a
Rafael Casanova, Francesc Macià o al Fossar de les Moreres... Luego, ya de
mayorcita, solíamos quedar con los amigos para ir a la manifestación
independentista de cada año en la Plaça Urquinaona, llena de jóvenes
revolucionarios de todos tipos, y a los conciertos de rock, flamenco o hip-hop
que se hacían en un gran escenario del Paseo Lluís Companys.
Pero este año ha sido un poco distinto. Los actos y parlamento no han
cambiado, también Barcelona se llenó de "tenderetes” reivindicativos y festivos,
y hubo conciertos guapísimos (Txarango, Pastora, Brams...), pero la gran
manifestación que a partir de las 18h de la tarde empezó a caminar y que a las
21h de la noche aún marchaba fue espectacular. Había tanta gente distinta, de
todas las edades, y con tanto entusiasmo y alegría... Estar allí fue una
experiencia muy bonita, se respiraba una gran ilusión y mucho compañerismo
(había gente con sillas de ruedas y la multitud les dejaba paso de un modo que
parecía increíble con tanta masificación).
Desde entonces, la verdad es que estoy muy sorprendida de la velocidad
que están tomando los acontecimientos desde aquel día. Estoy alucinando con que
Convergència i Unió (el partido que gobierna en la Generalitat) se haya
apuntado al carro del soberanismo, después de más 30 años de practicar la
política del "peix al cove” y la "puta i la ramoneta” (expresiones catalanas
que sirven para describir las actitudes ambiguas, el decir una cosa pero luego
decir otra y argumentar que antes no les habían entendido). También me
sorprende la cantidad de gente que salió este año a manifestarse y el eco que
en el día a día se percibe. Supongo que en esto habrán jugado su papel los
desencuentros con el Estado en cuestiones como los recortes de la sentencia
contra el Estatut, el acoso a la "normalización lingüística”, las acusaciones
que en Catalunya se persigue el castellano..., y claro, también los peajes y el
esfuerzo económico sobre todo en época de dificultades en la economía; per aun
así no ha dejado de sorprenderme cómo todo esto ha surgido. Hace un par de
semanas en una pizzería-restaurante del Raval que frecuento oí una discusión
sobre si la hipotética Catalunya independiente estaría gobernada por los
conservadores-liberales de CiU o si se trataría de un Estado más social e
"izquierdista”..., y hace unos días pasando al lado de un quiosco de periódicos
en el Paral·lel oí un grupo de viejecitos comentando "todo lo que [según ellos]
España nos quita”. Como he dicho pues, nunca había visto tan extendidas en la
calle este tipo de conversaciones, y además, como es obvio, el tema abre y
plantea muchas cuestiones asociadas tras de sí: más allá de cómo podría
realizarse esto o si sería posible, también ¿qué modelo de Estado podría tomar
una hipotética Catalunya independiente?, ¿sería un modelo neoliberal tipo CiU o
uno de más social?, ... Por el momento, a mi me parece interesante y bonito que
la gente, en éste como en muchos otros temas, se plantee e interrogue sobre la
realidad en la que vive y desea vivir, para poder construir así una sociedad
más madura y crítica. En mi caso, me siento entusiasmada con la idea del
comienzo de un sugestivo periodo de debates y eventos, y con el fin de la
marginalización de este tipo de debate. En mi caso, yo no sería partidaria de
la independentista si España asumiera que se trata de un Estado plurinacional,
pero como esto parece que no se puede entender nunca en este estado hermano, no
me siento cómoda en un Estado así. De todos modos, esto tiene que ser una
decisión colectiva y democrática del pueblo catalán, así que cómo vaya
reflexionando la gente y vayan avanzando los acontecimientos... ¡poco a poco se
irá descubriendo!
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