El mundo
hispanoparlante fue representado por los países latinoamericanos (España no
participaba por causa de la crisis). Cada uno trajo lo suyo: Argentina con
mate, Nicaragua con ron, Chile con vino, Colombia y Ecuador con artesanía muy
bonita... Yo esperaba comprar café colombiano, pero imagínense que apenas
pasada la primera hora desde la inauguración ¡ya se les había acabado!
En
efecto, vino muchísima gente y todos parecían disfrutar de la feria. Además de
tres salas donde se podía comprar una botella de vino armenio, un abanico
chino, un baklava marroquí, un sari indio, un monedero de piel de pitón sudanés
o cualquier otra cosa de un tal rincón del mundo, había una sala para niños y
una escena improvisada en el hall para divertir a los huéspedes con bailes y
canciones nacionales.
Una vez
comprada la yerba mate, yo me entretenía sacando fotos de todo el mundo –
comprando, vendiendo, comiendo, sonriendo, compartiendo su buen humor de haber
reunido tantas culturas en un lugar.
Artesanía
colombiana
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