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Inicio » Artículos » Año lectivo 2007/08 » № 9

Una carta

Recibí una carta. En español. No fui la única a recibirla: llegó a más de 170 personas hispanohablantes, dondequiera que vivan, apelando a la voz de su consciencia, su alma, su piedad, al fin. Esta carta multidestinataria (yo que odio envíos así) no me habría llamado tanta atención y aún menos me habría impresionado y habría provocado tanta inquietud para que yo, por mi parte, me pusiera a reenviarla a mis contactos hispanohablantes, si antes no hubiera leído el libro titulado “Confesiones del asesino económico” (“Confessions of an economic hit-man”) escrito por John Perkins, autor americano. Explicaré de qué se trata para que os podáis enterar de todo el horror del mensaje que contenía esta carta.

John nos cuenta su vida, más bien el periodo dedicado a la actividad que él metafóricamente denominó como “asesino económico” (economic hit-man) para los servicios secretos de los EE.UU., aunque no recibía ni un céntimo del Estado, siendo oficialmente empleado por una grande compañía multinacional de consultaría y ingeniería que, como muchas de este sector, se ocupaban con grandes proyectos económicos del desarrollo de economía, energética y infraestructura de los países en desarrollo. Todo parece bien pero luego descubrimos que todos estos países no eran una elección casual: son lucrativos para los EE.UU. del punto de vista de sus recursos naturales o su posición geopolítica, por ejemplo Panamá, Venezuela (que era uno de los pocos fracasos de los EE.UU.), también Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, Ecuador, Indonesia, Filipinas...). En cada caso esta compañía les imponía esos proyectos a estos países para su propio “bien” y los realizaba en cada país por un crédito enorme, que, como era obvio de antemano, les resultaba imposible devolver, acababan ahogándose en deudas. ¿Quién aprovechaba la realización de estos proyectos? América Norte y un puñazo de familias ricas e influyentes que gobernaban estos países. El pueblo, cuya felicidad aparentemente era la meta de los misionarios americanos, no recibía nada, claro, y además se encontraba dependiente de los EE.UU. y se veían obligados a entregar sus recursos naturales y perder los lugares históricos de sus antepasados o luchar hasta la muerte. El objetivo verdadero de los EE.UU. era tenderles un lazo para que se engancharan de los EE.UU. y tuvieran que obedecer a las condiciones que les ponían al acabar la fase práctica del proyecto. Era fácil: la “reconstrucción” se había acabado y había que pagar. Y entonces llegaba el momento cuando los EE.UU., como a los deudores, les quitaban, según la expresión que John usa, “la libra de carne viva”: bosques tropicales, ríos que esconden petróleo debajo, o simplemente petróleo, recursos naturales, preciosísimos territorios de naturaleza virgen que luego era mutilada por diques, hidrocentrales y centrales térmicas recién construidas para deformar esta tierra aún más y abrirle pozos petrolíferos, hacer excavaciones, minas, cosas por el estilo. Y los que pueblan esta tierra – que hagan lo que quieran. Aparte del gobierno, familias reales, líderes de esos países eran abusados por los intereses políticos de los EE.UU. para otros juegos en la arena internacional. Y acaso ellos no querían convertirse en muñecas de los EE.UU. y querían defender los intereses de su patria y su pueblo, llegaba el momento cuando los “chacales” salían de la sombra y mostraban sus colmillos liquidando con precisión a los líderes que eran indeseables, incorruptibles y con demasiados principios. Así hicieron en los años 70 en Ecuador y Panamá. Y todo eso, como resume Perkins, es “corporatocracia” – la ofensiva de las multinacionales americanas en los países lucrativos usando tecnologías socioeconómicas para crear paulatinamente un imperio global que pertenece al único dueño del mundo – los EE.UU. Lo más gracioso es que los dueños de estas compañías multinacionales – miembros de la presidencia, socios, compañeros, fundadores o simplemente directores de las multinacionales – son presidentes de los EE.UU., o miembros de sus familias, sus amigos, miembros de su gabinete, ex-militares y oligarcas.

Es apasionante leerlo como detective, como un cuento de horror sobre nuestros tiempos, como una revelación que de repente deshace el velo que te cae de los ojos. Pero cuando tú, en tu vida real, recibes una carta y su texto parece copiado de las páginas de Perkins que comienzan a bailar ante los ojos, haciéndote recordarlas, es cuando realmente te pones carne de gallina. Qué estaba, entonces, escrito en la carta? Lo escrito repite las palabras de Perkins como si fueran tocadas por notas y confirma su advertencia.

La carta me reveló que en Chile, en la Valle San Félix, descubrieron grandísimos depósitos de oro, plata y otros minerales debajo de dos glaciares – recurso del agua más pura en Chile que alimenta dos ríos. Estos ríos, por su parte, son fuente de alimentación para los animales y pueblos que viven allá. Sus vidas literalmente dependen de estos ríos. Al descubrir la mina la multinacional Barrick Gold (http://www.barrick.com/), cuyo miembro es – atención! – George Bush el padre (si no me falla la memoria, Perkins había mencionado que Bush el padre era también el dueño de la compañía “United Fruit”), desarrolló el proyecto PASCUA LAMA. Su meta es llegar hasta estos recursos, que requiere quebrar y destruir los glaciares - algo nunca concebido en la historia del mundo - y hacer 2 grandísimos huecos, cada uno tan grande como una montaña, uno para la extracción y otro para el deshecho de la mina. El gobierno chileno ha aprobado el proyecto para que empiece el año 2006. No sé, qué Chile habrá debido a los EE.UU. que les están reclamando su “libra de carne viva” en tal forma y como los EE.UU. habrán podido tenderlos en este lazo.

Si destruyen los glaciares, no solamente destruirán la fuente de un agua especialmente pura, pero contaminarán permanentemente los 2 ríos de tal forma que nunca volverán a ser aptos para consumo por humanos o animales debido al uso de cianuro y ácido sulfúrico en el proceso de extracción. Hasta el último gramo de oro será enviado a la multinacional en el extranjero y ni uno le quedará a la gente a quien le pertenece esta tierra, tal vez ni les quedará de qué vivir. A ellos solo les quedará el agua envenenada y las enfermedades consiguientes.

La única razón por la cual no ha empezado aún, es porque los campesinos chilenos decidieron luchar por su tierra y han obtenido un aplazamiento, repitiendo las acciones de los habitantes de junglas ecuatorianas en los años 70ta descritas por Perkins en su libro. Los campesinos llevan bastante tiempo peleando por su tierra, pero no han podido recurrir a la TV por una prohibición del Ministerio del Interior (no hay de qué asombrarse, no les interesa estropear sus relaciones con los

EE.UU.). Su única esperanza para frenar este proyecto es obtener ayuda de la justicia internacional. Obviamente, no es todo tan fácil y alguien en Chile va a ganar a través de este proyecto y por eso lo apoya, pero ocupan posiciones tan altas y disfrutan de poder tan grande, al que se añadió su “amistad” con sus poderosos y voraces vecinos norteños, que parece mentira que la pérdida de 2 ríos y glaciares afectaría sus vidas de alguna manera.

La carta que recibí tiene forma de envío multidestinatario para que el máximo número posible de personas se pueda enterar de lo que está pasando y el destinatario 200simo lo reenvíe a la dirección noapascualama@yahoo.ca para siguiente reenvío al gobierno chileno (¿pero por qué solo el 200simo?). Esto es todo lo que podemos hacer. Reenviar la carta al máximo número posible de mis contactos hispanohablantes – es todo lo que yo puedo hacer. Y escribir estas palabras. Y recomendarles a todos que echen un vistazo a las “Confesiones...” No me puedo callar, el protesto se me sale por la garganta y por los puños cerrados. Se cierran por dolor y rencor que crecen de la sensación de mi debilidad en esta situación que me mata. Es todo lo que puedo hacer – reenviar la carta y escribir mis palabras aquí y en mi blog majon.livejournal.com. Cuando me acuerdo de esta carta, me acuerdo de la sensación del rayo que me atravesó al entender que lo que decía John era la realidad de todos los días que te puede sorprender en cualquier momento, cuando miras el buzón de tu correo electrónico o las noticias de televisión, no son meramente palabras alarmadas y correctas del libro documental de un economista de clase alto, que lees y en mejor de los casos dejas grabadas en la subcorteza de tu cerebro. Por cierto, John ha fundado su propia compañía energética que utiliza recursos ecológicos no tradicionales. He has made a difference.

Ya casi no me doy cuenta de que los árboles en mi patio se convirtieron en una cosa exótica y el aire contaminado al salir del portal – en la realidad cotidiana. Que no logro cansarme de inhalar el aire fresco fuera de la ciudad o simplemente al llegar a una zona más verde, o una ciudad pequeña que se encuentra a 30-40 km del mar. Que las estadísticas en cuanto a los bosques, leopardos y tigres que quedan sobre la tierra me ponen a punto de llorar y querer transferir todo mi dinero, de un tiro, en la cuenta de la fundación WWF sin pensar que pueden malusar este dinero – somos todos humanos, incluso los que gestionan fundaciones tan buenas que ponen cachorros tan guapos en su publicidad que está pensada para atravesarte el corazón. Yo estoy bien, yo lo sobreviviré, yo soy simplemente “una de...”. ¿Pero nuestra Tierra podría sobrevivirlo? ¿Os sorprendéis aún de que haya heladas en México, primavera durante el mes de enero en Moscú, inundaciones y huracanes en Europa y siempre menos nieve en Andorra? Yo ya casi no me sorprendo por nada. Estas cosas se convierten en normalidad y no le hacemos caso porque se hace normal lo que era anormal y solía provocar perplejidad. Como canta BEBE, una cantante española, “la tierra tiene fiebre, necesita medicina y un poquito de amor que le cure la penita que tiene...”

Todavía espero que podemos make a difference de alguna manera... Por eso he escrito esto. Creo que si lo estáis leyendo y os conmueve por lo menos un poco, ya estamos making a difference. Amén.

Maria Kolosánova licenciada de la facultad de lenguas extranjeras de la Universidad Internacional de Moscú trabaja de traductora (ingles, español, alemán, francés italiano). Ha recorrido casi toda España y ha trabajado en el turismo y se interesa por relaciones internacionales, viajes, Europa, Argentina, asuntos culturales y historicos, peregrinajes.

Categoría: № 9 | Ha añadido: quepasa (17.10.2007) | Autor: Maria Kolosánova
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