Hace poco, sólo me preguntaban de vez en cuando si estaba en contacto. Últimamente empecé a recibir por correo electrónico mensajes que decían: Un conocido tal te ofrece su amistad. O: Un amigo tal te propone crear un nuevo mundo. Propuestas tan bonitas que en un primer momento te parece muy raro que alguien pueda tener nada en contra. Pero si te pones a reflexionar...

La verdad es que las redes sociales están creciendo muchísimo actualmente, pero ahora mismo, ¿eh? En estas últimas semanas y meses se han transformado en un medio de comunicación preferido por muchas personas, y no sólo jóvenes. A simple vista saltan a los primeros puestos en los rankings de sitios más visitados: así, en la lista de 100 sitios rusos más populares de alexa.com ocupan la 2^a (vkontakte.ru) y la 4^a posición (odnoklassniki.ru) seguidos inmediatamente por servidor nacional de correo mail.ru (que últimamente también desarrolla una red social bajo el pretencioso título de Mi mundo).

La base teórica de las redes sociales es la llamada teoría de los seis grados de separación, según la cual todas las personas están conectadas entre sí a través de no más de seis conocidos. El concepto, cuya autoría se atribuye al escritor húngaro Frigyes Karinthy y al sociólogo estadounidense Duncan Watts, supone que si creciera exponencialmente el número de conocidos de nuestros conocidos con cada nuevo enlace en la cadena, en tan sólo seis saltos llegaría a abarcar la humanidad entera. Cuando pasamos de la página de “amigos” a la de “amigos de nuestros amigos” y si ahí encontramos caras conocidas, no hacemos más que comprobarla.

¿Qué supone esto para nosotros? Crear un círculo de amigos y mantener comunicación hasta cuando estás lejos o no puedes ir a encontrarlos, no está mal. E incluso hacer amistades nuevas: según Lisa, 22 años, estudiante de ciencias económicas de Frankfurt, “los extraños de la facultad ya no parecen tan extraños luego de haber visto su perfil en el studivz (red social universitaria alemana)”.

Pero corres peligro de quedarte colgado: “¡Soy adicta al studivz!” afirma Lisa, “Antes de leer mis mails entro a ver quién visitó mi perfil, quién me mandó mensajes y qué se habló en mis grupos.”

Otra ventaja, que te ayuda a ahorrar el tiempo. Si no consigues hablar por teléfono a un amigo, si no conoces la dirección de una persona que necesitas, puede ser de mucha utilidad.

Por otro lado y paradójicamente, algunos subrayan lo contrario: “Os voy a enseñar lo último para perder el tiempo... Se trata de estudiLN una comunidad universitaria para pervertir a chavalitas y chavalitos de primer año de universidad” – escribe en su blog Ángel Gómez (anwi). Y añade: “Su éxito se basa en que puedes “abrachuchear " a la gente. ¿¿Qué c... es abrachuchear?? pues supongo que es dar un abracito virtual a quien te dé la gana.”ana.”

Y luego ahí están los problemas de la privacidad, el carácter cada vez más virtual de nuestras relaciones... todo esto nos hace pensar. Y mientras pensamos, la cosa marcha. Y como marcha muy rápido, pronto veremos adónde llega.