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Inicio » Artículos » Año lectivo 2008/09 » № 15

“SERIE DE FOTOS”

Me gustaría dedicar mi intervención a la tierra inolvidada y muy querida de México a los recuerdos que primeramente empiezan a girar en mi cabeza como fotografías vivas cuando de pronto aparece esta palabra mágica: MÉXICO.

Agua es la vida. Para México estas palabras son especialmente justas. Me parece que en ninguna parte del mundo tiene este líquido vital un papel tan importante como en la zona tropical de México. Vamos a viajar un poco por la Península de Yucatán e incluso hasta la isla de Cozumel.

Cenote Azul – el ojo redondo del cielo y de agua – ambos al mismo tiempo, se ubica cerca del capital del estado mexicano Quintana-Roo, que se llama Chetumal. En toda la península de Yucatán los cenotes (no son muchos) eran y todavía son lugares sagrados y de mucha importancia. Claro que a causa de la falta de agua dulce (son sus depósitos naturales) y también creo que por los sentimientos de alegría y felicidad que embargan a todo aquel que se mete en su agua. Agua de colores diferentes, verdes y azules, con matices de gran diversidad. Los natives saltan al cenote sólo para divertirse, independientemente de la altura, que pueda lograr hasta veinte metros. ¡Viva la valentía!

Otro paisaje, diferente. Es imposible no contemplar el agua tranquila de color turquesa y la arena blanca del mar Caribe cerca del sitio arqueológico de Tulum, donde las iguanas, estas señales eternos del remoto pasado y del presente actual disfrutan al sol sobre las piedras grises, grandes y calientes y no le dan cuenta a nadie. Reptiles…

Seguimos. Cabo del norte de la Península, no muy lejos de la “ciudad blanca”, de Mérida hermosa. El golfo de México tiene allí un agua tan agria y salada que enseguida las hondas te ciegan por el dolor de los ojos. Pero poco a poco empiezas a saborear esta agua tan distinta, peligrosa y extraña como lo parece por primera vez… Y después, al acostarte agotado sobre la arena aparece un milagro verdadero: el vuelo de los pelícanos. Nunca pensé que estos pájaros, a decir verdad bastante feos, sean capaces de volar de manera tan elegante. Lo último me impresionó muchísimo porque nunca había visto nada parecido. Milagro…

La Isla de Cozumel – arena blanca y aventura inolvidable, cuando fuimos en un grupo de tres personas a ver un sitio arqueológico llamado Castillo Real y descubrimos que se ubicaba unos quince kilómetros más lejos de lo que pensábamos pero a pesar de esto fuimos caminando y regresamos a nuestro hotel hacia la medianoche, gracias a los guardafronteras que nos ayudaron en el regreso… Cozumel de la idioma maya se traduce como “la isla de las golondrinas”. Y es curioso cuando vimos estos pájaros dormidos dentro de los pozos abandonados de la isla, pensamos primeramente que eran murciélagos. Emocionante…

  Falta acabar con la nota mayor esta pequeña galería de recuerdos que mayormente consiste en los pájaros y lugares acuáticos. Y, como siempre - ¡Que viva México!

 

Eugеnia Semákina es graduada de la Facultad de Historia de MGU
Categoría: № 15 | Ha añadido: quepasa (12.10.2008) | Autor: Eugеnia Semákina
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