Aunque el título de el Día de los Muertos y su relación con el culto funeral nos hacen imaginar algo tenebroso y macabro, en realidad no es así. En la mayoría de los países latinoamericanos el Día de los Muertos es una fiesta clara y alegre, cuando el pueblo recuerda a sus antepasados con amor y respeto.
En México se cree que el 1 y el 2 de noviembre las almas de los niños y los adultos retornan a sus antiguos hogares para visitar a sus parientes. Por eso es muy importante que los huéspedes invisibles reciban una buena acogida y disfruten de varios platos especiales.
Para atraer los espíritus, en las casas mexicanas se construyen altares-ofrendas, donde están representados los cuatro elementos primordiales de la naturaleza: fuego, de las velas; papel picada, ligera como el viento; agua, para que los muertos calmen su sed después de un largo camino, y frutos, de la tierra. En la mesa de los mexicanos aparecen pastelitos, pan de muerto y atole de frutas (frutas cocidas con leche, azúcar y canela).
Cada 2 de noviembre las familias de Ecuador celebran su Día de los Difuntos o Finados. Para establecer relaciones con los espíritus se prepara champús, una bebida especial, basada en harina de maíz, panela y hojas verdes de limón. A decir verdad, el champús está difundido en muchos paíseslatinoamericanos y su receta varía en cada región. En Colombia se añade canela, clavos de holor y hojas de naranjo agrio; en Perú, manzana y piña. Asimismo, se calienta antes de consumir. También, si alguna vez Ud. ve en la mesa ecuatoriana unas figuras de hombrecillos, no se extrañe; son guaguas de pan, de forma insólita e ingredientes sencillos, tales como harina, levadura, manteca, huevos, leche y pasas. La cocina boliviana también dispone de un plato parecido, llamado “antahuahua”. Son muñecos dulces.
El plato más complicado de preparar procede tal vez de Guatemala. El fiambre – así se llama – parece una ensalada pero la cantidad ingredientes puede acercarse a los 50. No existe una sola receta. Tradicionalmente, en el fiambre hay carnes, embutidos, quesos, legumbres, verduras y varios aderezos.
En España el 1 de noviembre lleva el nombre del Día de todos los Santos. También tiene sus platos típicos, que en su mayoría son dulces. Son muy difundidos los panellets – dulces basados en pasta de azúcar, almendra, huevo y patata. Deben su origen a Cataluña, donde el Día de todos los Santos coincide con la Castañada, una fiesta antigua tradicional, en la comida de la que se degustan castañas, boniatos y fruta confitada, acompañados por moscatel. Más, en la mesa española aparecen tales postres como huesos de santo y buñuelos de viento: trocitos redondos de pasta fritos en abundante aceite y rellenos de nata, crema o chocolate.
La receta de los huesos de santo no es muy difícil. De esa manera, si el 1 de noviembre a su puerta llaman los amigos, gritando “¡Dulce o travesura!” (cuidado, esto es una tradición americana, en España no se grita semejante frase), Ud. podrá ofrecerles este postre tradicionalmente español. Ingredientes: Elaboración del mazapán: 200 gr. de azúcar 150 gr. de almendra cruda molida 100 ml. de agua 12 yemas de huevo 175 gr. de azúcar 50 ml de agua Elaboración: Primero elaboraremos el mazapán. Para ello colocaremos un cazo al fuego con el agua y el azúcar y haremos un almíbar al punto de hebra fuerte. Cuando lo tengamos listo, incorporaremos la almendra molida y removeremos hasta formar una masa. Dejar enfriar y reservar. Elaboración del relleno: realizar un almíbar fuerte con el agua y el azúcar y, fuera del fuego, agregar poco a poco las yemas bien batidas. Colocar el cazo al fuego al baño maría y remover continuamente hasta que espese. Tiene que quedar bastante duro. Debemos cocinarlo a fuego suave para evitar que hierva y que las yemas se puedan cortar. Dejar enfriar. Sobre una mesa de cocina bien limpia, espolvoreamos azúcar y extendemos la masa del mazapán con la ayuda de un rodillo. Ir cortando rectángulos de masa y enrollarlos en un tupo metálico especial para repostería. Dejar enfriar y secar. Cuando estén secos, rellenarlos con la masa de yema.
Anastasia Safronova es estudiante del 2 año de la facultad de periodismo de la MGU. Está enomarada de flamenco, Federico García Lorca y la lengua española