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Inicio » Artículos » Año lectivo 2008/09 » № 16

EL ÚLTIMO SURREALISTA

Roberto Matta fue indudablemente uno de los pintores más importantes del siglo XX. Artista polifacético, destacó como pintor si bien fue también escultor, ceramista, ilustrador y escritor. Matta elaboró su propio estilo, internacional, y reflejó los rasgos de diferentes culturas. Además su pintura es muy filosófica y refleja las esferas de lo subconsciente e invisible.

Roberto Sebastián Antonio Matta Echaurren nació el 11 de noviembre del año 1911 en Santiago de Chile. Estudió arquitectura en la Universi­dad Católica y dibujo en la Academia de Bellas Artes con Hernán Gazmuri.

Matta vivió en Chile hasta 1934. El período latinoamericano de su vida fue muy corto pero influyó enormemente en su creación. La cosa es que la cultura de América Latina tiene sus propios rasgos, que difieren mucho de la cultura europea. Por ejemplo, la conciencia artística de los latinoamericanos se orienta hacia el irracionalismo y la interpretación metafísica del mundo. Una cosa es muy importante para América Latina: el principio del utopismo.

En 1934 Matta viajó a Europa. Este viaje fue muy importante para el artista, porque durante toda su vida conoció y se relacionó con innumerables artistas e intelectuales con los que entabló amistad, influyéndoles y siendo influido por ellos. Entre otros muchos, conoció a Le Corbousier, Pablo Neruda, Federico García Lorca –quien probablemente le presentó Salvador Dalí y André Bretón–, Alberti, Marcel Duchamp –fuente esencial para Matta–, Joan Miró, Yves Tanguy, Pablo Picasso, Gabriela Mistral, Rene Magritte, Marx Ernst, Henry Moore, W. Baziotes, Buñuel, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez o Gordon Onslow-Ford. Impresionado por las obras de Matta, Bretón le invitó a ingresar en el Grupo Surrealista en 1937. Alentado por Gordon Onslow-Ford empezó a pintar en 1938. Sus primeras obras «psicológicas» reflejan su interés en lo visionario y lo cósmico, así como en la transformación de los estados de la con­ciencia. Todo su vida Roberto Matta fue fiel a los principios del surrealismo y aun elaboró el concepto de «morfología psicológica» en la obra del mismo nombre, que pintó en 1937. Roberto Matta dijo que trató de comprender la morfología del proceso psicológico, es decir, que intentó encontrar el microscopio con que explorar la alma de la gente.. Este cuadro se parece al virus del fascismo, que afectaba a Europa entonces.

Aunque en 1939 Matta huyó a Nueva York, en donde se convirtió en el conducto para las ideas y la información entre los exiliados surrealistas y la incipiente Escuela de Nueva York. Entonces Matta creía ciegamente en la potencia de la revolución y seguía las ideas de la política izquierdista. Por eso no pudo ¿vivir? seguro en la Europa fascista. En América Matta empezó exlorar la psicología de la subconsciencia. Matta sentía todos horrores de la guerra como en sus propias carnes, como queda reflejado en su pintura de aquel período. Su cuadro La crucifixión (1938) es la confirmación de estas palabras. 

En 1941 viajó a México con Robert Motherwell para «observar la naturaleza y des­cubrir América». Matta empezó a combinar los rasgos del expresionismo norteamericano y del arte abstracto. Sus primeras abstracciones dan lugar a mediados de la década de los cuarenta a escenas de insectoides antropomór­ficos repletos de sobre tonos, de erotismo y violencia.

Después de la Segunda Guerra Mundial el surrealismo se transformaba en general, porque las nuevas direcciones y principios de Europa y América en particular ejercieron una enorme influencia en el surrealismo. Matta percibió estos cambios. Desde 1946 pintó cuadros dedicados a la última contienda mundial: se trata de visiones demoniaco-utópicas con figuras que parecidas a insectos en lugares incomunicados y cerrados. Estos cuadros, como La situación de la muerte de 1946, criticaban simultáneamente los resultados de la civilización técnica..

En 1948 Matta regresó a Europa y vivió en Francia, Inglaterra e Italia. Aunque fue expulsado del grupo surrealista, lo admitieron nuevamente en 1959. De 1948 en adelante visitó Chile con regularidad, particularmente durante el régimen de Sal­vador Allende; sin embargo, tomó la nacionalidad francesa duran­te la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Entre 1950 y 1960 el estilo de Matta se hizo muy realista y violento. El pintor dedicó sus cuadros a la lucha política de su época. (Ver los lienzos Cuba, frutas, bomba de 1960 o Los jueces ¿salgen al guerra? juicio de Nuremberg de 1967).

Su obra y actividades entre 1970 y 1980, incluyendo sus pinturas de seres abstractos que efectúan actos ritualizados y guerreros, reflejaban cada vez más sus ideas políticas. (Ver El verbo américa de 1984). En ese momento, Matta trabajaba en murales colectivos con la brigada Ramona Parra.

Roberto Matta difirió de sus compañeros en la manera de dibujar. Él no pintó formas abstractas y figuras nebulosas. Matta preferió la resistencia necesaria contra la crueldad del mundo moderno, donde las máquinas queman y matan a la gente. El pintor reaccionó a los eventos políticos y sociales, intervino contra las guerras en Argelia, Vietnam y otros países. Los cuadros de Matta se parecen a las sagas fantásticas sobre las ¿guerras de las galaxias (películas?) pero fueron pintados mucho tiempo antes de que  éstas aparecieran.

Roberto Matta participó numerosas exposiciones y trabajos en el mundo entero, por ejemplo la Exposición Internacional Surrealista de París (1947), las Retrospectivas de Nueva York (1955), Estocolmo (1959), Berlín (1970), París (1985); «Chile Vive», en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (1986) para el que pinta Munda y Desnuda: la libertad, obra expuesta hoy en el MNCARS, y la Retrospectiva en el Museo Reina Sofía, Madrid (1992).

Matta también recibió numerosos premios, de entre los que destacan: Pittsburgh International (1952), Premio Nacional de Arte de Chile (1990), Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1992), Premio Imperial de Pintura de Japón (1995), Premio Internacional de Arte Contemporáneo de Montecarlo (1997), Premio de la Casa de Moneda y Timbre de España (2001).

Roberto Matta se murió en 23 de Noviembre en el año 2002 en Italia, a la edad de 92 años. El presidente de Chile, Ricardo Lagos, declaró tres días de luto en Chile y dijo que la muerte de Matta simbolizaba el fin de toda edad en los artes plásticas del siglo XX. Verdaderamente Roberto Matta fue uno de los últimos surrealistas de la vieja escuela.

Una vez un periodista del periódico italiano Corriere della Sera preguntó a Matta sobre su prototipo en el arte. Matta contestó que se parecía a Charlie Chaplin.


 

Filátkina Gelia es estudiante de la Facultad de Periodismo de la MGU

 

Categoría: № 16 | Ha añadido: quepasa (23.11.2008) | Autor: Gelia Filátkina
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