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Inicio » Artículos » Año lectivo 2006/07 » № 3

Mi viaje a España
Todo el mundo hace viajes para soñar, descubrir nuevos lugares, relajarse, divertirse. A mí me gusta también visitar grandes metrópolis modernas y ruinas de antiguas ciudades, admirar paisajes maravillosos...puede ser que todo eso no sea más que un cambio de ambiente. Siempre es interesante conocer gente nueva, ver la diversidad de la vida y simplemente gustar platos exóticos al son de la música tradicional...Pues a mí me gusta muchísimo viajar, pero sobre todo quería venir a España. Y mi sueño de niña se realizó cuando los españoles me propusieron el trabajo como historiadora para reconstruir un castillo árabe del octavo siglo en Cataluña (foto 1). Acepté la proposición y salí de Moscú rumbo a Barcelona. Dos semanas pasaron rápidamente. Casi sin darme cuenta para mí misma apliqué mis conocimientos en la Historia y la Arqueología, hice también de intérprete del español al francés y al inglés y viceversa. Solo ahora comprendo que he tenido una experiencia excelente. Cuando había tiempo libre viajaba con los nuevos amigos por Cataluña: los Pirineos, lagos maravillosos en las montañas (foto 2), iglesias catedrales y conventuales de Lleida, Balaguer, Algerri y otras ciudades, pequeñas y grandes, de esta área. Al cabo de catorce días me puse en camino con dirección a Madrid. Junto con todas las notas para viaje, tuve las recomendaciones que me dieron al salir. En el hotel conseguí un mapa turístico de Madrid, y decidí salir a caminar. No tuve más que un día para conocer esta ciudad. Empecé la mañana del sábado, había un par de personas en la calle, todo en silencio. Mi primera impresión fue: genial. Los edificios son muy interesantes y están en buenas condiciones -los viejos y los nuevos-, las calles son angostas, hay semáforos con sonido, la mayoría de los autos no deben tener un par de años, en Madrid dicen, hay más autos que personas (cada uno en la familia tiene su propio auto). Madrid es un caos en cuanto a las calles, me habían advertido, pero yo encontré los nombres en todas las esquinas que miré. Me hubiese venido bien -de todas maneras- un navegador portátil con el mapa de Madrid para no abrir y cerrar el mapa cada vez a cada rato, cuando necesitaba saber en donde estaba y por donde había ido. Saqué algunas fotos de los edificios, iglesias, casas que me llamaban la atención. Comencé mi paseo por Madrid con el Museo del Prado (foto 3). Es como ver una enciclopedia de arte, allí están muchas de las obras famosas de artistas europeos a partir del siglo XV. No sólo hay pinturas sino también esculturas impresionantes en número y calidad. A la salida del Museo del Prado recorrí los jardines del exterior hasta llegar al Jardín Botánico contiguo; cuando me enteré que era pago me marqué un nuevo destino, el Museo Reina Sofía. No me gustó mucho (excepto el cuadro “Guernica”), porque es un museo de arte moderno y yo prefiero las bellas artes de las épocas más antiguas. El próximo destino era La Plaza Mayor. Al entrar por alguna de las puertas que están a los cuatro lados se abre una superficie plana de empedrado de al menos una manzana de superficie. Tuve suerte, porque esa tarde allí tenía lugar un concierto de música popular. Encontré el Museo de Jamón, entré y aproveché para probar el jamón famoso. Luego me dirigí hacia la Plaza de Oriente. El Palacio Real (foto 4) es inmenso, y esta prácticamente en frenrte de la Catedral de Almudena. Tiene detrás unos magníficos jardines regulares llamados Jardines Sabatini. El palacio es ahora un museo y se puede entrar a visitar. También me gustó mucho Puerta del Sol. Es una plaza cortada por varias calles, algunas son peatonales cubiertas de lienzos de colores para dar sombra. Las peatonales están llenas de gente, en la entrada de una se puede ver un monumento con la representación de la imagen del estandarte del Ayuntamiento de Madrid, un oso que se trepa a un árbol (foto 5). En este lugar está el kilómetro cero de todas las carreteras de Madrid, son radiales. Durante ese día pude salir de Madrid para el Escorial. Es un lugar magnífico: parques, museos, una basílica y el Panteón de todos los reyes españoles católicos (foto 6). Un argentino que vive en la capital española hace mucho comenta: “Acá en Madrid no tenés límites, podés conseguir lo que quieras, eso sí, lo pagás, pero que lo conseguís seguro, podés salir a la calle con tranquilidad de día y de noche. En verano, las noches son muy cálidas y los sábados hay más gente de noche que en el día. Caminar de noche es una de las cosas que más me gustan acá, cada tanto podés entrar en algún bar o pub. Todos están llenos”. Después de Madrid me fui a Barcelona. Eso es una historia larga y seguiré con mis notas de viaje otra vez. J ¡Esperadlas!
Categoría: № 3 | Ha añadido: quepasa (22.12.2006) | Autor: Marina Urségova
Visiones: 1625 | Ranking: 4.3/3
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