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Inicio » Artículos » Año lectivo 2006/07 » № 3

Los rusos excavamos las ciudades celtas
Este verano fui a Francia a participar en excavaciones arqueológicas y pasé tres semanas allí. Lo más difícil para mi fue llegar al lugar de destino. Me vi obligada a pasar una noche en París – una noche entera sentada en un banco en el centro de la ciudad. En la mañana temprano subí al tren. Después de tres horas de viaje llegué a la pequeña ciudad Le Martre de Veyre. Dentro de un hora me encontré con los arqueólogos franceses. Vivíamos en una casa alquilada especialmente por los arqueólogos para el verano. Los chicos vivían en el primer piso, donde en invierno se encuentra un bar, mientras las chicas vivían en el tercero, donde normalmente se encuentra una escuela de baile para niñas. Esta fue una coincidencia muy divertida. Los arqueólogos franceses eran muy amables con los rusos (habían cinco rusos además de mi). Intentaban aprender algunas expresiones rusas y después de unos días decían ”Privet!” al saludarnos. Algunos de ellos han incluso aprendido contar hasta diez (aunque han tenido complicaciones al pronunciar “cuatro” – decían “Che Guevara” en lugar de “chetyre”). Al poco tiempo me hice amigos con unos chicos y pasaba con ellos todas las tardes jugando a “Jungle Speed” (un juego muy frenético y apasionante). Trabajábamos ocho horas cada día excepto miércoles excavando una colonia de francos. Ha sido un descubrimiento – antes se pensaba que los francos solamente vivían en el norte de Francia, mientras nuestra colonia se encontraba en el centro. Después de tres semanas de excavaciones me sentía muy cansada de trabajo físico. No quería separarme de mis nuevos amigos y por lo tanto estaba muy triste. Dejé Martre y partí a París. La ciudad, ciertamente, es muy bonita, pero yo estaba demasiado cansada y tenía solo un día y medio por admirarla. El Notre-Dame me impresionó muchísimo – especialmente las quimeras. Es raro, pero la torre de Eiffel no me gustó en absoluto, me pareció una verdadera torre de Babilón con millones de turistas hablando miles de lenguas. Partí a Moscú con un gran deseo de ver mis amigos y mis padres, pero espero volver a Martre el verano siguiente.
Categoría: № 3 | Ha añadido: quepasa (22.12.2006) | Autor: Ana Lukáshkina
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