El martes día 24 de abril en la facultad de historia tuvo lugar un encuentro con el historiador, arqueólogo y escritor español ALFONSO MATEO-SAGASTA que junto con su esposa visitaron la MGU , acompañados por el director del Instituto Cervantes Víctor Andresco. Nuestro ilustre huésped hizo una breve exposición sobre el tema “Arqueología, historia y divulgación”, a la que siguió un coloquio con alumnos y colegas interesados en la situación de la arqueología e historia en España.
A mí personalmente me alegró mucho conocerle y a su esposa Emilia; fue un encuentro muy grato para mí y mis amigos de curso, él habló de cosas que estudiamos en la Universidad, pero de manera española de ver la arqueología, la historia. De modo que la conferencia nos fue de provecho. Aquí están los puntos principales del discurso de Alfonso Mateo-Sagasta. En su carera de historiador él se dedicó sobre todo a estudiar la llamada Marca Media, en concreto Calatrava la Vieja, una maravillosa ciudad caravanera, la fortaleza de Gormaz, habiendo hecho su tesina sobre un señorío español, el de Molina. En particular, su investigación intentaba desvelar el significado del sistema de atalayas, torres medievales de vigilancia y protección. Se suponía que formasen parte de un sistema de avisos en la escala de toda España musulmana, bajo el califato de Córdoba. Las excavaciones de Mateo-Sagasta revelaron que no se podía tratar de un sistema tan extenso, dada la densidad muy reducida de población en la época. Así que deberían de tener más bien carácter local, igual que los albácares que servían de protección al ganado. El doctor Mateo-Sagasta discurrió también de las ventajas que llevan a un estudioso en España a ocuparse de arqueología y de sus problemas. Personalmente él buscaba certeza y fiabilidad de los datos subjetividad, por eso la arqueología le atrajo por su aparente objetividad. Luego se dio cuenta de que no es tan así. El arqueólogo también encuentra lo que busca y ve lo que está dispuesto a ver en un yacimiento, y éste, una vez excavado, queda destruido y no es posible volver a investigarlo. Por otro lado la financiación es muy precaria, y los jóvenes arqueólogos por ejemplo, son de hecho explotados por los profesores más ancianos y renombrados, trabajando para currículum sin recibir compensación alguna. Al fin se decepcionó de su búsqueda de objetividad científica y empezó a escribir novelas históricas que a cambio te dan mayor libertad. Las novelas que el también ambientó en la historia de España, en particular en el Siglo de Oro. Al final Alfonso Mateo-Sagasta contestó a las preguntas de los participantes que versaron sobre temas tanto de historia como de literatura y de la vida.
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