A principios del siglo XX, Cuba estaba llena de las historietas norteamericanas, como Pato Donald, Superman etc., pero ya en 1927 aparecieron las primeras historietas cubanas, como una forma de enfrentarse a la invasión de los cómics procedentes de los Estados Unidos. Esas historietas se publicaban en revistas como “El Curioso Cubano”, después en el diario “Hoy”, en el periódico “Información”, y en el periódico “El Cubano Libre” (1). Cuando comenzó la revolución, la propaganda de nueva época en el país, utilizó la misma forma de historietas, para levantar el espíritu heroico de los cubanos. Resulta interesante, que en la URSS, los cómics estaban mal vistos, porque se percibían como el símbolo de capitalismo, actitud negativo que persiste en la actualidad. Los cubanos decidieron mantener el tipo historieta heredado de los Estados Unidos para su propia propaganda.

En los años 50, aparece la novela gráfica “La vida de Julio Antonio Mella” de Horacio Rodríguez, cómic sobre el destacado revolucionario, fundador del Partido Comunista Cubano, que heroicamente murió a la edad de 26 años. (2)

Muy interesante, en sentido propagandístico, es el comic “Pucho y sus perrerías” de Marcos Behemaras y Virgilio Martínez, que salía en la revista clandestina Mella, entre los años 1955- 1958. El protagonista es un perro, Pucho, que ayuda a los revolucionarios, les trae revistas, les canta canciones con guitarra para animarles… Los temas más repetidos son: la ridiculización de Batista (3) y la suma a la lucha revolucionaria por parte de todos los sectores de la sociedad: “Joven: en todos los pueblos y ciudades ocupa tu puesto: unión y lucha de masas contra la tiranía” – es uno de los mensajes con que acaban esas tiras cómicas. (4)

Otro cómic muy popular en los años 50-60 es “Julito 26” de Santiago Armada, para el periódico “El Cubano Libre”.(5) Este periódico era editado en famosa Sierra Maestra, centro de la lucha insurreccional del ejército rebelde de Fidel. El protagonista se llama Julito por la Revolución, tiene barba y boina, como los partisanos, y cada una de sus frases es una afirmación de lo bueno que hace Fidel: “Nada, el hombre sigue dando en el clavo”, – dice Julito sobre las nuevas reformas, y en el fondo vemos a un persona, que puede ser Fidel, pero no tiene cara, metiendo un clavo, que significa resolver los problemas más importantes. (6)

Llama la atención, que las figuras de Fidel Castro y Che Guevara nunca salían en historietas cubanas. ¿Por qué? Porque las historietas siempre se relacionaban con el humor, y este género no correspondía con la importancia de los ídolos políticos.

Fidel no aparece en ninguna historieta, pero aparece en “postalitas”, las cartas con imágenes de series famosas, como Tarzán y los cowboys. Los niños las coleccionaban, intercambiaban y jugaban a “las postalitas”. Con el triunfo de la Revolución Castrista, los niños no dejaban de jugar y de soñar con las aventuras de sus ídolos, hecho que aprovecharon los dirigentes de la Revolución para crear “SUS POSTALITAS”. En 1960 llegó el Álbum de la Revolución, donde aparecía otro tipo de héroes, con Castro en el centro. En el Álbum de la Revolución también aparecían 16 héroes, Comandantes de La Revolución, los cuales, fueron desapareciendo poco a poco, unos, y otros abandonaron a Fidel, como en el caso de Menoyo (español, tercer comandante de la Revolución Cubana, que estaba en contra del giro comunista y fue encarcelado 30 años por Fidel), Humberto Sori Marín, Rolando Cubelas etc. Las postalitas hablaban del comunismo y el odio a los Estados Unidos. Algunos dicen, que las postalitas de la revolución fueron la forma de imponer los ideales de la Revolución a todos los niños.

La historieta argentina “Vida del Che” es otro ejemplo de la delicada situación del cómic cubano sobre la revolución, en esa época.(7) En el año 1968, después de la muerte del Che en Bolivia, una editorial muy grande en Argentina, propuso a Héctor Oesterheld y a Alberto Breccia que hicieran la vida de Che Guevara en historieta. Atento a la situación nacional, les ofreció mantenerlos en el anonimato. Oesterheld respondió, “una historia con un personaje como el Che no merece que se haga a escondidas”, finalmente sus nombres aparecieron en la tapa. Al poco tiempo, el diario La Nación había publicado un artículo sobre el peligro de la existencia de una historieta sobre un personaje revolucionario como el Che. La edición de la historieta fue secuestrada y los originales destruidos. En 1977 Oesterheld fue secuestrado por la criminal dictadura militar; desde entonces es uno más de los miles de desaparecidos y asesinados, al igual que sus cuatro hijas. En 2008 “Vida del Che” fue recuperada, y en la actualidad es una novela grafica muy famosa en el nivel mundial, traducida al alemán, inglés y que este año ha aparecido en ruso (8).

El tema de este número también es el día de Hispanidad, por eso, aquí quiero mencionar una historieta cubana sobre la lucha por la liberación de Cuba de la opresión española en el siglo XIX. “Elpidio Valdez”, obra del padre de la animación cubana, Juan Padrón. Primero apareció en la revista Pionero en 1970 (9), y saltó al cine en 1974, es el “muñequito” favorito de los cubanos. La animación es muy divertida, donde los españoles aparecen ridiculizados, todos hablan con “ce” y tienen un marcado acento andaluz; mientras que los cubanos, son pobres, pero muy listos, y cuando les falta algo, lo roban a los españoles y así les ganan, podéis buscarlo en youtube. (10)

El protagonista, Elpidio Valdés es un coronel mambí (así se llaman a los guerrilleros antiespañoles de Cuba, que en el siglo XIX participaron en las guerras por la independencia), que lucha por la liberación de su patria y es una expresión de la nacionalidad cubana.

Así es, señores, los dibujos inocentes pueden, de repente, convertirse en una potente arma de propaganda. Las historietas de la Revolución Cubana huelen a la sangre de sus autores, que eran demasiado valientes y contaron demasiadas cosas, que no gustaban al gobierno. Pero son esas mismas historietas las que levantaban el espíritu de los luchadores por la independencia, por la libertad, y gracias a ellas uno puede conocer la historia de un país, con sus luchas, sus errores y sus ideales. (11)